PREVENCIÓN DEL CÁNCER HEPÁTICO
Entre el 60 y el 90% de los cánceres primarios hepáticos se desarrollan sobre un hígado cirrótico, una condición de fibrosis extrema a la que se ha llegado generalmente tras años de mantener un estado de inflamación crónica.
http://elmedicotraslaverdad.blogspot.com.es/2013/04/inflamaciones-del-higado-el-gran.html
Por eso, en el hepatocarcinoma resulta de primordial importancia el reconocimiento precoz de todas esas situaciones en las que hay una inflamación persistente del hígado con el objeto de intentar controlarlas. Situaciones como la ingesta excesiva de alcohol, abuso de fármacos y de otras sustancias tóxicas, desarrollo de enfermedades autoinmunes o hepatitis crónicas por virus de la hepatitis B (VHB) o virus de la hepatitis C (VHC), pueden evolucionar a cirrosis hepática como antesala del cáncer. No hay que perder de vista que alrededor del 2-3 % de la población española ha estado en contacto con el VHC y de ellos alrededor del 80% se cronifican, lo que supone unos 700.000 pacientes en España de los cuales más de la mitad no tienen conocimiento de ello. http://elmedicotraslaverdad.blogspot.com.es/2015/01/virus-de-hepatitis-c-algo-mas-que-un.html
No se ha descrito ningún programa de detección precoz eficaz en la población sana. Sin embargo, tanto la Asociación Europea para el Estudio del Hígado como la Asociación Americana para el Estudio de Enfermedades Hepáticas recomiendan el seguimiento ecográfico semestral de los pacientes con cirrosis, con el fin de reducir la mortalidad relacionada con el cáncer, pese a la ansiedad que puede provocar este seguimiento, así como las imperfecciones de la radiología, especialmente en los tumores pequeños. Se recomienda este seguimiento en los pacientes con infección por virus de la hepatitis B, pacientes con cirrosis, antecedente familiar de hepatocarcinoma, y africanos por encima de los 20 años. Y sobre todo en pacientes con cirrosis causada por infección por virus de la hepatitis C, enfermedad hepática alcohólica, hemocromatosis genética y cirrosis biliar primaria. También los pacientes con colangitis esclerosante primaria sobre todo si se asocia colitis ulcerosa de larga evolución, son objeto de un seguimiento especial por el mayor riesgo de desarrollo de un colangiocarcinoma (tumor originado en la vía biliar).